sábado, 6 de junio de 2009

JAZZAZZA

A principios de esta semana Antonio me llamó para preguntarme si me apetecería ir a un local en Algezares en el que el viernes tendría lugar un "clinic" de guitarra.
Ante tal oferta no podía hacer otra cosa que dilatar mi respuesta, al menos hasta que averiguara qué era eso del "clinic".
Mi amigo ya me había adelantado que se trataba de un músico de Jazz con mucha experiencia y que había editado material didáctico para los guitarristas iniciados o de nivel medio/alto y que duraría un par de horas.
Debíamos llevar nuestras guitarras (por si acaso) y 20€.(Estos no por si acaso, eran para pagar la asistencia)
Desprendiéndome de cualquier jirón de vergüenza que pudiera quedar pegado a mi conciencia, el viernes en la mañana confirmé a mi amigo Antonio que iría con él. De todas formas, si por 20 €, en dos horas, salía de allí tocando como Wes Montgomery habría merecido la pena.
Dejando a un lado y a otro de la carretera los pocos huertos que quedan, las bastantes naves y las muchas viviendas que jalonan la carretera que une Murcia con Algezares, llegamos, mi amigo Antonio y yo a "Jazzazza".
Llegamos, mi amigo y yo, con cierto retraso, por causas ajenas a nuestra voluntad, por supuesto.
El local estaba cerrado a cal y canto, y cuando empezamos a preguntarnos si no estaríamos equivocados aparecio "J" el dueño del Jazzazza.
Al franquear la doble puerta de entrada sientes que el "Jazzazza" es un local recogido, intimista y que rezuma música por todos sus poros.
Al fondo, sentado en el borde del escenario, se encontraba Walter Malosetti abrazando con delicadeza su Gibson. Frente a él, sentados en semicírculo una veintena de personas, que incluyendo a mi amigo Antonio y a mí, incumplíamos claramente la ley de paridad.
Walter explicaba nociones básicas de escalas, arpegios, acordes,... muy útiles en la improvisación de Jazz o Blues.
Aunque mis nociones musicales son más bien escasas, o precisamente por eso, no me enteraba de la misa a la mitad.
Pero ahí estaba él. El Maestro. Acompañando sus palabras con arpegios, básicos, que yo sí entendía.
Escucharlo interpretar "Nubes" fue fantástico. Nos hizo disfrutar a todos los presentes y a mí particularmente me convenció que lo que tenía que hacer, en cuanto saliera de allí, era quemar mi guitarra y dedicarme al cultivo de bonsais. Acababa de descubrir que no saldría de allí, aquella tarde, tocando como Wes Montgomery.
Pero lo que más me impactó fue la nterpretación de un par de temas con un voluntario de los allí presentes, que resultó ser profesor de guitarra, fue un derroche de virtuosismo por parte de los dos guitarristas.
Entonces le pegué una soberbia patada al bonsai imaginario que había empezado a crecer en mi mente y rescaté mi guitarra de las llamas.
No soy ni seré un virtuoso, pero cada vez que toco la guitarra lo disfruto. Cuando hago algo nuevo en la guitarra, son satisfacciones que se repiten en cada ocasión.
Ayer me hice con un ejemplar del método básico de Walter. Anoche comencé a trabajar y, antes de dormir, ya había disfrutado de hacer algo nuevo.
Por eso he creado este Blog, para que opinemos, comentemos y si hay ocasión, disfrutemos tocando algún día.
Un par de amigos y yo tenemos alquilado un local en Espinardo los Viernes por la tarde. Uno de ellos toca el teclado y percusión latina, el otro es bajista y yo que lo intento con la guitarra.
Si alguno se anima, ya sabe.
Saludos a todos los bluseros de Murcia.